Historia Dominicana Contemporanea.EL 3ER, GOBIERNO DEL P.R.D. O GOBIERNO DE SALVADOR JORGE BLANCO /De 1982 a 1986.
EL 3ER, GOBIERNO DEL P.R.D. O GOBIERNO DE SALVADOR JORGE
BLANCO /De 1982 a 1986.
Antes de ser elegido como candidato presidencial por el PRD, Jorge Blanco era líder de uno de los bandos en que se dividió el PRD, junto a José Fco. Peña Gómez. Era Senador del PRD por el Distrito Nacional. Reconocido abogado que había enfrentado a Balaguer en 1977. Fue escogido por el partido como candidato presidencial para 1982, aún en contra de Antonio Guzmán. Prometía establecer un gobierno del partido y para el partido. Proyectaba una imagen de integridad irreprochable, reconocida incluso por sus enemigos. Guzmán y su familia intentaron eliminarlo. Usó una impresionante campaña electoral con las técnicas de mercadeo más modernas de ese entonces.
El 16 de agosto de 1982, por primera vez en su historia partidaria, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), logró retener el gobierno con el abogado santiaguero Salvador Jorge Blanco, quien desde el inicio de su mandato, continuaba, con respecto a Haití, casi con la misma política del Presidente anterior, de su mismo partido.
Gobierno: Aspecto económico
En el mismo año cuando Jorge Blanco tomó el poder México declaró una moratoria sobre su deuda externa y dejó de hacer los pagos correspondientes. A partir de entonces los bancos extranjeros empezaron a negarse ceder nuevos créditos a la República Dominicana amenos que se llegara a un acuerdo con el FMI. A pesar de estas objeciones el 21 de enero del 1983 el FMI aprobó un acuerdo de austeridad ampliada que tendría una vigencia de 3 años.
Las relaciones con el FMI bajo este acuerdo fueron excesivamente tormentosas porque el gobierno trató de aprovecharse para mostrar que la austeridad, la contracción del crédito, la reducción de los salarios, el alza de los precios y las nuevas restricciones en las importaciones eran imposiciones del FMI.
En su meta de reducir la tasa de cambio frente al dólar norteamericano para alcanzar la paridad monetaria perdida desde hacía largo tiempo, los funcionarios y asesores económicos del gobierno sugirieron a Jorge Blanco que enviara policía y tropas armadas a cerrar casas de cambio para que la gente solamente pudiera comprar y vender dólares en los bancos comerciales, Jorge Blanco así lo hizo y provocaron un gran desorden financiero. El gobierno tuvo que conocer estas medidas habían sido mal concebidas y eventualmente accedió a legalizar las casas de cambio por restaurar el equilibrio financiero. La tasa cambiaria quedó en 3 pesos por dólar.
La suspensión de las emisiones inorgánicas de dinero, la congelación del gasto público, el control del déficit del sector público, el aumento de los impuestos, control de las importaciones y el aumento de la tasa de interés, estas eran las medidas tomadas por el gobierno de Jorge Blanco, pero habían encontrado en el FMI una especie de ´´chivo expiatorio´´ para culparlo del programa de ajuste. Justificaban su política argumentando que se ajustaban los precios a la tasa de cambio real, el alza sería intolerable.
El fallo de su estrategia sucedió porque el gobierno trataba de implementar a su manera las recomendaciones del FMI, terminando por desacreditar su propia política de ajustes. En abril de 1984 los responsables de la política gubernamental, intentaron aprovechar la Semana Santa y subir los precios de todos los productos. Ante esta situación los pobres armaron un reperpero popular que fue calmado por la milicia matando más de 100 personas.
Majluta (PTE. Del Senado) boicoteó la aprobación de las leyes más importantes para hacer legal el ingreso de ayuda externa. Como resultado de este boicot muchos de los proyectos dirigidos a la reactivación de la economía impidió que el gobierno pudiera reiniciar la economía en el tiempo correcto.
Jorge Blanco y sus asesores decidieron bajar la guardia su actitud ante el FMI, junto a este cambio sucedió la sustitución de los responsables de la política monetaria, permitió al gobierno firmar un nuevo acuerdo de espera con el FMI en 1985, dicho acuerdo tenía como fin reestructurar el sistema financiero e impulsar la economía. Antes de firmar este acuerdo el gobierno permitió que flotara el dólar y creo una tasa de cambio unificado y devaluada.
La tasa de interés y los precios fueron ajustados de acuerdo al nuevo valor del dólar, hubo una devaluación de un casi 30%. Los efectos del acuerdo con el FMI fueron percibidos inmediatamente. La flotación de los precios fomentó la agricultura dominicana. La devaluación creó incentivos adicionales para la producción y exportación de los productos agrícolas.
El control de emisión de dinero y las medidas de austeridad permitieron al gobierno mantener la inflación bajo control. Los recursos del FMI y los ingresos provenientes del turismo, las zonas francas y las remesas contribuyeron a aumentar las reservas en moneda extranjera. De esta forma entre 1985 y 1986, el peso dominicano comenzó a apreciarse pasando de RD$ 3.35 a RD$ 2.80 por dólar.
Relaciones con la República de Haití.
En este orden, mantuvo el siempre sensitivo y conflictivo acuerdo de contratación de braceros haitianos para el corte de la caña con muy pocas variaciones, siendo casi una fotocopia del que firmó el presidente Balaguer en el año 1966.
Esto quedó de manifiesto en el mismo año de inicio de su gobierno, cuando firmó con el presidente de Haití, Jean Claude Duvalier, un acuerdo por diez y nueve mil braceros para la zafra azucarera de 1982, número que siguió aumentando anualmente, hasta que las recurrentes crisis de tipo político que afectaban a Haití, impidieron al gobierno haitiano cumplir cabalmente con los compromisos acordados. Debido a la importancia que este renglón representaba para la económica nacional y por los intereses involucrados, los conflictos internos no se hicieron esperar.
Sin tener fundamento alguno para poder especular sobre las razones de esta referencia, en un discurso pronunciado en Santiago de los Caballeros el 30 de marzo de 1985 por el presidente Jorge Blanco, con motivo de la conmemoración de la magna batalla de 1844, éste precisó : “Las batallas no solo se ganan con metralla o el valor de los soldados, sino con el uso de tácticas que permitan desconcertar al enemigo, sobre todo, cuando se enfrenta a un enemigo superior en hombres y armas”, refiriéndose al rumor esparcido a propósito de la muerte, en la Batalla de Azua del 19 de marzo de 1844, del presidente y general Charles Hérard, que creó pánico y descontrol en la tropa haitiana y que motivó el toque de retirada de las huestes del Oeste .
En ese mismo discurso hizo referencia a que: “La distancia de los años permite ponderar mejor el uso de esa táctica muy propia de la lucha bélica moderna y que también se emplea en las campañas políticas”.
El 16 de octubre del mismo año, el presidente Jorge Blanco, en ocasión de su regreso tras un viaje oficial a Jamaica, arribó a Puerto Príncipe, en procura de mantener unas relaciones armoniosas con Haití, siendo ésta la primera visita oficial de un jefe de Estado dominicano a la capital haitiana, desde la Era de Trujillo. Fue recibido por el dictador Jean-Claude Duvalier (Baby Doc).
En el discurso oficial durante esta visita, el presidente Jorge Blanco expresó: “El Caribe, ese Mediterráneo americano al decir de un gran historiador haitiano, debe constituirse y preservarse como una zona dedicada exclusivamente al fomento de la paz y el desarrollo de nuestros pueblos, con base en una efectiva solidaridad integradora de todo cuanto pueda unirnos, de manera que sean nuestros rasgos comunes los que prevalezcan siempre sobre los elementos que caracterizan los pluralismos del área”.
Allí, aprovechó la ocasión para referirse al endeudamiento externo de América Latina, expresando: “La disminución de los flujos financieros hacia la región, constituye el obstáculo que amenaza seriamente el progreso de nuestros pueblos. América Latina es hoy en día una región exportadora involuntaria de capitales, sus pagos por el servicio de la deuda son mayores a los ingresos financieros que recibe”.
Respecto al dictador Francois Duvalier y su relación con la República Dominicana en esa etapa, cabe destacar que como lo fue desde el principio, el gobernante haitiano no dio nunca muestras de sentir afecto alguno por el pueblo dominicano, siendo sus prioridades el control de los haitianos contrarios a su régimen radicados en el país y recibir jugosas ganancias por las negociaciones de braceros con su contraparte, aspectos que marchaban, a pesar de algunas dificultades transitorias, viento en popa.
A pesar de lo anterior, no es un secreto que Duvalier hijo cultivaba excelentes relaciones con jerarcas militares dominicanos y empresarios, algunos de los cuales se beneficiaban de la contratación de braceros por el Consejo Estatal del Azúcar (CEA).
El 6 de febrero de 1986, Jean-Claude Duvalier fue derrocado por un golpe de Estado, creando esto un conflicto bilateral, porque fue suspendido el envío de braceros a la República Dominicana, bajo el alegato de ser ésta una práctica públicamente rechazada por el pueblo haitiano, con la agravante de que Duvalier, a pesar de que los servicios de seguridad del Estado dominicano tenían informes de que el golpe de Estado en Haití era algo inminente, había recibido avances considerables de dinero del Gobierno por la mano de obra para trabajar en los ingenios.
Para complicar más el escenario, grupos sindicales y organizaciones internacionales de derechos humanos se manifestaron en contra de los dos gobiernos, a los que acusaban de tráfico de personas y esclavitud moderna. Al depositar sus quejas ante la Organización Internacional de Trabajo (OIT), los grupos denunciantes alegaban que el resultado de esos negocios había dado lugar al “mayor asentamiento migratorio laboral del Caribe”.
Lo que sin dudas era cierto, es que las autoridades dominicanas no tomaron las medidas pertinentes en el ámbito migratorio, actuando en ese momento al mejor estilo de la “dominicracia” de ayer y de hoy, la del azar y de la divina providencia, cuando las instituciones funcionan solo con la combinación armónica del sable subordinado al imperio de la ley.
No podemos dejar de mencionar que otro aspecto resaltante de este período de gobierno lo fue el debilitamiento por la crisis de 1984, debido a su fracaso económico, originando una explosión social por la firma con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a lo que se le agregó un conflicto con la iglesia Católica, por las acciones emprendidas por el gobierno al peligrar la zafra azucarera 1985-1986, por falta de braceros para cortar la caña.
Bajo estas circunstancias, el presidente Jorge Blanco usó la estrategia de convocar “voluntariamente” a dominicanos para el corte de la caña, lo que en la práctica se circunscribió a militares y empleados públicos, en una situación que muchos calificaban como un asunto laboral administrativo, que creó desorden en los cañaverales, por lo que este corte “voluntario” de caña, solo llenó ciertas expectativas propagandísticas.
Por estas razones, es posible afirmar que la emulación de Cuba en el corte de caña con mano nativa en labores no propias de nuestra cultura, no fue posible y los resultados insignificantes.
Fue en esa tesitura histórica que el 23 de febrero de 1986, el Consejo Permanente de la Conferencia del Episcopado, produjo una declaración sobre la ausencia de los braceros haitianos de la zafra azucarera, poniéndola en peligro, señalando el rechazo de la mayoría de los dominicanos a esa labor, y sugiriendo hasta el cierre de algunos ingenios, llamando a mejorar las condiciones de vida para que los dominicanos se integren a los trabajos en los ingenios. Los obispos criticaron también la utilización de cortadores de caña improvisados. Ese documento fue firmado por los arzobispos Nicolás de Jesús López Rodríguez, Hugo Eduardo Polanco Brito y el obispo auxiliar Juan Félix Pepén Solimán.
El gobierno del presidente Jorge Blanco, terminó con indefiniciones en la política exterior sobre Haití y con conflictos que contribuyeron a que un Dr. Balaguer ciego, derrotara en unas controversiales elecciones al Lic. Jacobo Majluta, quien era el vicepresidente del gobierno de don Antonio Guzmán.
Al presidente Jorge Blanco, en las elecciones de 1986, no le salieron bien las tácticas políticas que mencionó en su discurso del 30 de marzo de 1985, ya que para su sorpresa, junto al Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas de su gobierno, mayor general Manuel Antonio Cuervo Gómez, fue sometido a la justicia bajo la acusación de corrupción en compras irregulares para las Fuerzas Armadas, y condenados a 20 años de cárcel, condena que no cumplió.
Años después el caso fue sobreseído por el Estado dominicano, en el gobierno perredista del ingeniero agrónomo Hipólito Mejía. Determinar si las causas reales de este sobresaliente caso fueron motivadas por razones legales, políticas o personales, las mismas aún están en el proceso evaluativo del sempiterno tribunal de la historia.
Artículo escrito en el Periódico Listín Diario, en la sección de ENFOQUE por el historiador Homero Luis Lajara Solá.
Crisis Política y Económica.
Salvador Jorge Blanco asumió la Presidencia de la República en un ensombrecido escenario por el suicidio de su antecesor Antonio Guzmán, el aumento de las tensiones en el oficialista Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y una crisis económica que empujaba a recurrir a los ajustes que imponían las duras políticas financieras del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esos planteamientos están expuestos en el libro “1978-1986. Crónica de una transición fallida”, del periodista e historiador Miguel Guerrero, quien analiza los contextos políticos y económicos que desembocaron en la prácticamente rápida salida del poder del PRD.
“Para el 15 de octubre, a solo dos meses de inaugurarse el nuevo mandato, las denuncias de corrupción en el anterior fueron un detonante que hizo explotar de nuevo las serias rivalidades internas en el Partido Revolucionario Dominicano. Funcionarios influyentes de la administración temían las repercusiones negativas de esa lucha en los programas económicos recién iniciados.
“Varios hechos justificaban esa preocupación. Las autoridades entendían que la gravedad de la crisis económica requería de un fuerte y sostenido respaldo del Congreso a las medidas anunciadas por el jefe de Estado, muchas de las cuales no habían sido consideradas a fondo por las cámaras legislativas”, afirma Guerrero.
Para entonces el panorama era más que preocupante: devaluación del peso, desempleo, aumento del costo de la vida, congelación de los salarios, empobrecimiento de la clase media, y un masivo éxodo de jóvenes profesionales hacia el exterior.
Otro elemento que se añadió a esa crisis socioeconómica, de acuerdo a las reseñas de Guerrero, fue el deterioro del sistema escolar público por falta de recursos, tanto en la educación preuniversitaria como universitaria.
Ante la gravedad de la situación la posición del presidente Jorge Blanco fue plantear con franqueza los desafíos del país, lo cual generó el rechazo de Jacobo Majluta, su rival político, por entender que eso le hacía un enorme daño al PRD en términos electorales.
Rebatiñas políticas. Guerrero relata que las desavenencias políticas en el PRD nunca estuvieron tan acentuadas como en esa época.
“Un hecho, sobre cualquier otro, reflejó la magnitud de los problemas dentro del partido oficialista: la pugna entre dos tendencias distanciadas por profundas rivalidades, en mayor parte originadas en cuestiones personales o de grupos”.
“Debido a la magnitud de la crisis económica, la administración necesitaba el respaldo del Congreso. Las Cámaras Legislativas eran, sin embargo, el escenario en donde esas rivalidades se enfrentaban con dureza”.
En ese contexto Guerrero plantea que la experiencia de los últimos años demostraba que, ningún otro partido, en la historia dominicana, manejó con tanta habilidad el extraño arte de hacer la vida imposible a su propio Gobierno como lo hacía el PRD.
“Nunca el futuro del PRD había estado tan atado a la suerte de un Gobierno como en ese presente. Pero aparentemente de ello solo se percataban quienes, como el secretario general, hacían esfuerzos desesperados por aquietar las pasiones y dilatar la explosión de nuevas rivalidades”, expresa Guerrero.
Hacia un abismo. El autor destaca, con lujo de detalles, los factores internos que terminaron hundiendo la economía dominicana, sin dejar de lado cómo impactaba el modelo proteccionista de Estados Unidos en los países en desarrollo.
“La situación de gravedad hacía inaplazable, a despecho de cuales pudieran ser
las reservas a las condiciones planteadas por el FMI, un rápido acuerdo con ese
organismo, al que se acudió como un recurso extremo”.
Articulo periodista de Leonora Ramírez, del Periódico HOY.
Poblada de abril de 1984
La poblada de abril de 1984 fue una serie de protestas durante los días 23, 24 y 25 de abril de 1984 en República Dominicana durante el gobierno de Salvador Jorge Blanco del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) ante los altos precios de los alimentos de primera necesidad, la corrupción política imperante, la devaluación del peso dominicano y la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
La protesta de abril de 1984 ” enarbolada por el FMI era la propuesta de los economistas formados en la Escuela Económica de Chicago (Chicago Boys), y que encabezaba el Premio Nobel de Economía Milton Friedman, la cual planteaba que en medio de la conmoción y confusión interna se pueden hacer reformas impopulares que recuperen la economía.2
Para entonces, el tercer gobierno del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que encabezaba Jorge Blanco atravesaba por una situación económica difícil caracterizada por una inflación galopante, la cual había iniciado en 1981 y que obligaron a adoptar las primeras medidas restrictivas, lo que generó el rechazo de los sectores populares.
En 1981 la crisis presupuestaria obligó al gobierno a limitarse económicamente y a adoptar las primeras medidas de austeridad, lo que se complicaba con el aumento de los precios del petróleo y por ende con el encarecimiento de los productos de primera necesidad.
El lunes 23 de abril de 1984 los barrios marginados de Santo Domingo y el interior del país iniciaron un levantamiento popular que culminó tres días después con un saldo de cientos de personas muertas (más de 500 muertos). El levantamiento popular bautizado por el profesor Juan Bosch como “poblada”, estuvo precedido de más de un año de denuncias y protestas en todo el país por parte de los Comités de Lucha Popular (CLP), dirigidos por la izquierda, y las comunidades Cristianas de Base (CCB), influenciadas por sacerdotes católicos militantes de la Teología de la Liberación, en contra las negociaciones que el gobierno de Jorge Blanco realizaba con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que estrenaba en América Latina la Política del Chock.
En los meses de enero y febrero de 1984, la inflación se disparó en un 700%, lo que se tradujo en un aumento de los precios de los productos básicos. Estos factores, unidos a otros provocaron una manifestación popular espontánea cuando el martes 24 de abril de ese año el pueblo se lanzó a las calles. Finalmente las protestas terminaron con la muerte de cientos de personas y miles de personas apresadas, pues Jorge Blanco luego de relevar la policía de lidiar con los manifestantes ordenó a las fuerzas armadas atacar la población civil lo que culminó con una horrenda masacre.
Los reportes de las radioemisoras más populares de entonces Radio Mil, Radio Popular y Radio Comercial, despertaron a la población dominicana informando de protestas, incendio de neumáticos en el sector de Capotillo, en la parte norte de la ciudad.
De barrios populares de Santo Domingo como Simón Bolívar, Cristo Rey, Gualey, Villa Juana y Villas Agrícolas, el movimiento pasó a Los Mina, Villa Duarte, Herrera y Los Alcarrizos y zonas aledañas, arropando para la media mañana toda la capital, con excepción de aquellos sectores del casco central y otros exclusivos habitados por las clases media alta y alta.
Ya para el mediodía se informaba de violentas protestas en ciudades y municipios de Santiago, San Francisco de Macorís, La Vega, Sánchez Ramírez, Salcedo, Puerto Plata, Valverde, San Juan de la Maguana, Barahona, San Cristóbal, Bani, San Pedro de Macorís, Higuey, La Romana, el Seibó y Hato Mayor, entre otros pueblos.
Reacción del gobierno
Aunque en principio el Gobierno pensó que se trataba de un movimiento con dirección política dirigido a socavarlo, lo cierto es que la explosión social sorprendió a todos los grupos políticos, aunque en medio de la situación sí trataron de sacar provecho político en contra del gobierno del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Distintas versiones atribuyen al Doctor José Francisco Peña Gómez, síndico del Distrito Nacional (1982-1986) y líder del PRD, haberse presentado al Palacio Nacional y advertirle al presidente Jorge Blanco que si no sacaba a las Fuerzas Armadas (Ejército Nacional, Marina de Guerra y Fuerza Aérea) de seguro lo tumbarían, ya que la Policía Nacional no podía contener las violentas protestas, aunque si apoyó públicamente las acciones de Jorge Blanco.
El entonces secretario de las Fuerzas Armadas, Manuel Antonio Cuervo Gómez, ordenó la movilización de las tropas élites de Constanza, conocidas como “Cazadores de Montaña” para que tomaran el control de los barrios de Santo Domingo.4
Consecuencias
Los tres días de enfrentamientos callejeros de abril de 1984 marcaron al gobierno y al PRD, perdiendo las elecciones presidenciales de 1986 y el juicio y apresamiento del ex presidente Jorge Blanco.
Una poblada similar se produjo años más tarde en contra del gobierno de Carlos Andrés Pérez en Venezuela, (caracazo) lo que obligaría al FMI a abandonar la imposición de las del shock y a negociar reformas con los gobiernos. A partir de este momento empezó la devaluación del Peso Dominicano. Las protestas llevaron al FMI a revisar su política para América Latina.
Las protestas dejaron millones de pesos en pérdidas con saqueos de negocios, quemas de vehículos públicos y privados, bloqueos de carreteras y paralización de todas las actividades durante más de 72 horas.
Muertes
Oficialmente las autoridades aceptaron que más de 125 personas murieron, pero fuentes de prensa de la época, aseguraban que los muertos superaban los 200, ya que las morgues de los hospitales no daban abasto, las emergencias de los hospitales estaban repletas de heridos y todas las dotaciones policiales y militares llenas de detenidos y golpeados.
Artículo de Wikipedia.org.
Acusaciones de corrupción y posterior juicio político
Jorge Blanco, al salir de la presidencia dominicana, fue acusado de desfalco por el Gobierno de Joaquín Balaguer. La denuncia consistía en compras de las Fuerzas Armadas a unas empresas vinculadas a personas próximas a Jorge Blanco por valor de 25 millones de pesos, vendiéndoles bienes sobrevaluados a militares. El 7 de octubre de 1986 el abogado dominicano Marion Vinicio Castillo puso una denuncia contra Jorge Blanco y Manuel Antonio Cuervo Gómez ex secretario de las Fuerzas Armadas, acusando a ambos de malversación de fondos. El 23 de Diciembre la Procuraduría General Dominicana le prohibió a Jorge Blanco salir al exterior.
Fue arrestado y trasladado a la cárcel preventiva del Ensanche La Fe. Una vez allí, Jorge Blanco pidió asilo político a la embajada venezolana, pero el gobierno Jaime Luisinchi rechazó su solicitud. El 8 de mayo un espasmo cardíaco llevó a su internamiento en una clínica de Santo Domingo, permitiéndole salir a los Estados Unidos para recibir tratamiento médico el 14 del mismo mes en el Emory University Hospital de Atlanta, Georgia. Jorge Blanco agotó todos los recursos como abogado para impedir el inminente juicio por 38 imputaciones penales que se le venía encima. Entre las imputaciones estaban: estafa, robo, prevaricación, abuso de confianza, entre otras.
El 16 de noviembre de 1988, un juicio de diez días lo condenó a 20 años de prisión y a una multa de 100 millones de pesos. Todo esto en ausencia de Blanco, ya que se encontraba en Atlanta recibiendo tratamiento médico. El 30 del mismo mes, Blanco llegó a Santo Domingo para apelar la sentencia. Durante todo el año, Blanco libró una batalla legal que culminó con la anulación de la sentencia a finales de 198.
El 8 de agosto de 1991 fue declarado culpable nuevamente y condenado a cumplir 20 años de prisión y a pagar una multa de 73 millones de pesos. Jorge Blanco renunció a sus abogados defensores tras sospechar que la sentencia que se iba a dictar contra él estaba "prefabricada", por lo que asumió su propia defensa. Fue arrestado, pero solo permaneció dos meses en prisión. Todo esto después de varios meses en un juicio televisado.
En 2001 y después de 10 años de apelación, Blanco consiguió la anulación de la sentencia dictada por la Corte de Apelación de Santo Domingo. En septiembre, el presidente Hipólito Medina retiró las acusaciones contra Jorge Blanco, lo que se interpretó como una especie de indulto. Blanco siempre negó las acusaciones y afirmó que sus pesadillas fueron resultado de la persecución política de Joaquín Balaguer.
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